A casi cuatro meses del reclamo formal presentado por los taxistas de la Terminal de Ómnibus de San Vicente, el municipio avanzó finalmente con la instalación de dos cámaras de vigilancia: una en el área de taxis y otra en la zona de andenes. Los equipos quedaron operativos este viernes y serán monitoreados por la Unidad Regional VIII, tal como solicitaron los trabajadores del volante.
El pedido no surgió de un capricho, sino de una preocupación acumulada durante años. En la nota publicada el 30 de julio, los taxistas describieron una realidad marcada por hechos violentos que dejaron heridos y víctimas fatales. Recordaron el asesinato de Fabio Rafael Lorenzo, el brutal ataque a tiros contra Luis Daniel Joaquín (quien logró sobrevivir tras recibir seis disparos) y la muerte del ex policía Acosta, casos que evidencian la vulnerabilidad de quienes trabajan en la zona.
Frente a ese escenario, el reclamo fue claro y concreto: cámaras que permitan prevenir hechos delictivos e identificar a agresores o pasajeros sospechosos. Una herramienta básica para un espacio que funciona como puerta de entrada y salida de la ciudad.
La respuesta (aunque tardía) llegó por las vías institucionales: los taxistas elevaron su solicitud al Concejo Deliberante, y desde allí se gestionó la intervención del Ejecutivo municipal. El resultado demuestra que los planteos realizados por los canales correspondientes pueden traducirse en soluciones concretas para problemas cotidianos.
Con la instalación de estas dos cámaras, los trabajadores del transporte consideran que se da un primer paso hacia un entorno más seguro, aunque advierten que seguirá siendo necesario fortalecer las medidas de prevención en toda la zona de la Terminal.
