jueves, 27 de noviembre de 2025

La heladera y el Kiosco de la Esquina

Nota de opinión por Daniel Orloff  

Los medios adictos a la política y a la pauta titulan hoy: "Misiones sufrió la mayor caída del país en ventas de supermercados" .

Básicamente dicen: “¡Milei mató el consumo!” mientras tiran insultos los operadores políticos de siempre, pero más tarde los datos los pasan por arriba y tienen que tragar orgullo para titular a regañadientes: "repuntan 'un poco' las ventas en almacenes de barrio "... un poco, ok.

Tranquilo, sentate y tomate un mate, dejame contarte la película completa, porque la cosa es bastante más interesante.

La realidad es que ya no corremos al súper con el corazón en la boca  

2023: inflación 211 %, precios que se duplicaban cada tres meses.  

2025: inflación llegaría cerca del 30,8 %. Sigue alta, si, pero ya no te quema vivo.  

Resultado: la gente dejó de comprar 20 paquetes de fideos por las dudas. Ahora compra cuando realmente necesita. Eso no es “consumo destruido”, es un consumo que volvió a ser racional.

Cambiamos dónde y cómo compramos  

Las ventas en hipermercados cayeron un 11% en 2024 y cerca del 9% en 2025.¿Significa que comemos aire? Obvio que no, habría colas de desnutridos si fuera así.

Lo que significa es que volvimos al almacén o al kiosco de la esquina (que dicho sea de paso cada vez hay más). Las ventajas:  

-No gastas pasaje de colectivo 

-Ahorras tiempo y combustible si tenés una moto o un auto

-Evitás arrastrar 15 kilos de bolsas  

-Conseguís una birra fría a las 10 de la noche si tenés ganas

Consumimos distinto, más cerca y más inteligente. El consumo no desapareció: se mudó dos cuadras.

Las empresas cierran

Hoy una heladera o un lavarropas Whirlpool importados desde Brasil puede costar 30-40 % menos que la misma heladera o el mismo lavarropas hechos en Pilar.

¿Cambia la tecnología de cada uno? No.

¿Cambió la chapa, el motor, el compresor? No.

Lo único que cambia son los costos argentinos: impuestos provinciales brutales, tasas municipales absurdas que imponen los intendentes, logísticas carísimas, energía cara y una presión impositiva que ahoga cualquier intento de competir.

Resultado: la Whirlpool brasilera mató a la Whirlpool argentina. Gracias, políticos corruptos, lo hicieron otra vez. Por eso duelen los casi 300 despidos y duele más cuando Essen Argentina tiene que hacer un comunicado desmintiendo otra operetta de despidos masivos o cierres.

Cuando la mala política desaparezca y podamos conseguir una heladera argentina que cueste lo mismo que una brasileña, vamos a exportarlas al mundo en vez de llorar o inventar historias en redes sociales o medios pauteros.

Menos locura inflacionaria = más aire para respirar

Hoy sabemos que de la baja de inflación vino porque el consumo lamentablemente se enfrió. ¿Y sabés qué? Eso no es solo “recesión”, es también estabilidad. Antes no sabías si el alquiler de marzo te iba a salir el doble. Hoy sube, sí, pero sube predecible. Y eso ya es un lujo que no teníamos hace años.

Estamos en medio de la operación, todavía estamos sangrando y eso duele, de hecho va a seguir doliendo un tiempo:  

- El que perdió el laburo  

- El jubilado que no llega  

- El comerciante que cierra a las 19 hs  

Pero también están pasando cosas que hace años no veíamos:  

-Inflación bajando a dos dígitos mensuales  

-Competencia real que obliga a bajar precios  

-Productos importados que ya no son artículo de lujo  

-Empresas que empiezan a mirar de vuelta la Argentina  

Si seguimos así (bajando impuestos absurdos, trayendo tecnología, produciendo más eficiente), en 3-4 años podemos tener:  

-Heladeras argentinas al precio de las importadas  

-Fábricas llenas de gente trabajando en turnos modernos  

-Kioscos y supermercados con changos llenos otra vez  

-Un sueldo que realmente alcance  

Cuando te digan “Milei destruyó todo”, miralos fijo y contestales:  

“Prefiero una heladera buena y barata que una heladera carísima hecha en una fábrica sostenida con dinero sacados de mis impuestos y de la inflación de todos". Porque la dignidad no se mide en cuántas fábricas ineficientes mantenemos abiertas con subsidios. Se mide en cuánta gente puede comprar una heladera sin vender un riñón.

Argentina está cambiando de verdad y siempre duele antes de curar.