Evandro Scholer (40), Regis Da Silva Lopes (41) y Alex Lima Schmitz (31) fueron sentenciados por el asalto, toma de rehenes y el asesinato del uniformado misionero. También Arlindo Da Luz (52), aunque no alcanzó a recibir la pena: murió en agosto pasado. “El menosprecio por la vida humana con el que actuaron es impactante”, entendió la Justicia brasilera. Los detalles jamás contados de un hecho que conmovió a la provincia.
Uno de los hechos policiales más impactantes en la historia de Misiones finalmente encontró un cierre. Los cuatro detenidos por el violento asalto con toma de rehenes al banco Macro de El Soberbio, en el que fue ejecutado a sangre fría y de un balazo el policía misionero Roberto Omar Ballesteros (35), recibieron en Brasil hasta 28 años de condena por el episodio.
“El 2 de febrero de 2015, cerca de las 8:15, en el Banco Macro Bansud de El Soberbio, Argentina, los denunciados Alex, Arlindo, Evandro y Regis, en comunión de esfuerzos entre sí y con otros individuos no identificados, robaron alrededor de 1.500.000 pesos argentinos, una pistola calibre nueve milímetros marca Parabellum que estaba en poder de los policías argentinos, además de teléfonos celulares, cámaras y otros aparatos”, inicia el expediente, recordando además la participación de al menos otros tres delincuentes que jamás fueron identificados.
Cuando los delincuentes preparaban la huida en la camioneta KIA que luego fue encontrada a orillas del río Uruguay, en Paraje Sarandí, “el policía argentino Roberto Omar Ballesteros fue alcanzado por disparos de dos armas de fuego, siendo cruelmente ejecutado por uno de los asaltantes, aún estando rendido y con la cabeza agachada”.
De la investigación surge entonces que los asaltantes escaparon con dos víctimas como ‘escudo humano’ y llegaron a orillas del Uruguay, cruzaron el río e intentaron seguir la fuga por suelo brasilero, pero los cuatro ahora condenados finalmente fueron detenidos en Tiradentes do Sul, a unos 15 kilómetros de la frontera, después de que el Honda Civic en el que viajaban sufriera un desperfecto mecánico.
En ese lugar, las autoridades brasileras secuestraron un fusil, chalecos antibalas y uniformes mojados de la Policía Militar de Brasil, además de la pistola nueve milímetros robada a uno de los policías misioneros. Y entonces, todo terminó de cerrar en contra de los cuatro asaltantes, quienes a la hora de declarar ante la Justicia de Brasil se dijeron inocentes y aseguraron que nada tenían que ver con el asalto: aseguraron estar en la zona en busca de bebidas y cigarrillos de contrabando. Sin embargo, las pruebas en su contra fueron determinantes y la condena, aunque tarde, finalmente recayó sobre sus espaldas.
Fuente: Primera Edición.