La Jefatura de Policía dispuso el apartamiento de la cúpula de la Unidad Regional VIII, con asiento en San Vicente, en medio de una causa abierta por Asuntos Internos por la presunta malversación de los fondos recaudados por el cobro del servicio adicional en esa jurisdicción.
La información fue confirmada a este Diario por la Jefatura de Policía, que reconoció la apertura de un sumario administrativo, en el que interviene Asuntos Internos, y de una causa penal, a cargo del Juzgado de Instrucción 3 de San Vicente.
Fuentes de las más altas esferas de la fuerza de seguridad provincial indicaron que el caso -que promete transformarse en un escándalo, de confirmarse la veracidad de la información-, saltó a la luz el miércoles pasado, con el suicidio del suboficial que estaba a cargo del Área Adicional en la citada Unidad.
Un grupo de compañeros de la víctima, acongojado por la pérdida de un camarada, blanqueó la situación y exigió transparencia en la investigación; interna administrativa y judicial.
El mismísimo subjefe de Policía, comisario general Roberto Favio Sosa, resolvió apartar de sus funciones a la cúpula de la UR VIII.
Según la versión oficial, es para brindar la mayor transparencia posible a una investigación que está en pañales y no se sabe, a ciencia cierta, qué alcance puede tener ni a quién podría involucrar.
Sosa indicó que el viernes, un día después de la trágica decisión adoptada por el suboficial, la Jefatura dispuso la realización de una pericia contable que, en un principio, no determinó la existencia de faltantes.
El mismo funcionario se encargó de aclarar que “eso no significa la inexistencia de irregularidades”.
Si bien no se habla oficialmente de cifras, extraoficialmente la situación es diferente: el número llegaría a los seis dígitos.
La situación es extremadamente sensible y amerita una investigación profunda y que llegue hasta las últimas consecuencias, como prometieron desde la institución policial.
No es para menos. No hay confirmación mediática respecto de los motivos que llevaron al suboficial a terminar drásticamente con su vida;?pero esta causa podría constituir uno de ellos.
Aquí no viene al caso hablar de individualidades; porque de comprobarse se estaría ante una maniobra que trasciende lo meramente personal para enquistarse en lo institucional; en lo organizacional.
De acuerdo a información a la que este Diario pudo acceder, ni bien los camaradas del sargento hicieron oír su descontento la Jefatura reaccionó con celeridad.
Roberto Favio Sosa dispuso el apartamiento de la cúpula de la Unidad Regional VIII (ayer se especulaba con el inminente pase a retiro, máxime en un mes de ascensos y retiros).
No fue la única medida que adoptó el subjefe de la fuerza de seguridad provincial; ordenó también el secuestro de computadoras, documentaciones y otros elementos que pueden aportar claridad a la investigación.
Asimismo, pidió al Poder Judicial la colaboración de la Secretaría de Apoyo a Investigaciones Complejas (Saic) para otorgar mayor claridad a la pesquisa.
En la tarea se sumó también una comitiva de la Dirección Homicidios, en virtud de la agudeza con la que trabaja esta dependencia. Por un lado se trabaja en el sumario administrativo, de Asuntos Internos, y por otro, en la causa penal judicial.
Transparencia
El subjefe de Policía, comisario general Roberto Favio Sosa, dispuso una batería de medidas administrativas tendientes a otorgar absoluta transparencia a la pesquisa.
No sólo pidió la colaboración al Poder Judicial a través de la intervención de la Secretaría de Apoyo a Investigaciones Complejas (Saic); sino también la participación de una comitiva de la Dirección Homicidios.
Ya se inició el sumario administrativo, que buscará deslindar responsabilidades, si las hubiere, en la maniobra.
Al parecer, los sumariantes habrían accedido al relato de una mujer policía, cercana al suboficial fallecido, quien habría aportados información reveladora.
En el terreno de las hipótesis, se supo que la operación consistía en facturar más horas de servicio adicional de las que realmente se prestaban, con la consiguiente sobrefacturación.
Fuente: Primera Edición