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¿Éste es Alejandro M. C. (19)? |
Parece un dato menor pero no lo es. Cuando lo capturaron por un asalto y toma de rehenes junto a su padre como cómplice dijo
que tenía 17 años. Así al menos figura en las actuaciones de la Policía
que fueron confeccionadas por personal de Gendarmería Nacional. Al supuesto menor
se le inició un proceso por robo calificado y posteriormente
fue beneficiado
con libertad con restricciones, pues tenía que notificarse cada mes en un
Juzgado de Eldorado.
No pasaron ni tres meses y el presunto adolescente
ahora se encuentra tras las rejas tras ser vinculado a un brutal homicidio. A fines de Octubre del año pasado había robado a su abuela en San Pedro y luego liberado a principios de Noviembre, todo esto sin siquiera con una identidad confirmada.
Si esto llega a ser así resultaría increíble la forma en la que el sospechoso
burló primero a los gendarmes y posteriormente al sistema judicial y resulta
probable que pueda haber cometido otros delitos, como el crimen del taxista
Fabio Lorenzo (26). Desde la Fiscalia de San Vicente se propuso una reunión médica para determinar fehacientemente su edad.
Los antecedentes y las dudas
El sospechoso por el homicidio del taxista fue detenido el
pasado lunes, luego la Policía
descubrió con sorpresa que sobre él pesaban antecedentes graves: estaba
sindicado como uno de los dos delincuentes que se disfrazaron de gendarmes y
simularon un control para perpetrar un asalto a una familia sobre la ruta
nacional 14, a principios de febrero de este año.
Llamaba la atención que, en las actuaciones de la fuerza
federal, figuraba como menor de 17 años.
Había elementos para que no saliera en libertad durante un
tiempo, considerando que lo capturaron con uniformes similares a Gendarmería y
con un arma de fuego en su poder (un revólver calibre 32). No obstante,
obtuvo el beneficio de la libertad con restricciones, que seguramente le fue
concedido por su supuesta condición de menor. Pero a los efectivos policiales,
el pasado lunes y tras capturarlo en el barrio San Ramón de San Vicente, no les
cerraba: la fisonomía del sospechoso no era el aspecto físico de un
adolescente.
Por ello, una comisión viajó a San Pedro para entrevistarse
con la madre del joven, quien les dio un dato revelador: “Su hijo nació el 17
de julio de 1995 en Andresito. Se crió prácticamente en San Pedro y jamás lo
registró oficialmente, por tal motivo no cuenta con acta de nacimiento ni con
DNI”, contaron los investigadores. La progenitora del sospechoso confirmó
su identidad.
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Vehículo del remisero asesinado |
Buscan al “cerebro” del temible dúo
Pese a los giros que tiene la investigación por el homicidio
del joven taxista Fabio Lorenzo, los hechos por ahora indican que se trató de
un asesinato a sangre fría en medio de un robo a mano armada. Se cree que fue
en circunstancias en que la víctima intentó escapar de los delincuentes, que
antes de encerrarlo dentro del baúl de su Chevrolet Corsa, se hicieron pasar
por pasajeros.
Lo abordaron la noche del pasado sábado 25 de abril en la
terminal de San Vicente. En el trayecto hasta San Pedro (un total de 65
Kilómetros), conforme a las pericias, el taxista fue encerrado por los ladrones
en la cajuela del vehículo. Estando maniatado, pateó los asientos
traseros y esto habría sido interpretado por los malandras como un intento de
fuga. Al parecer, el acompañante le efectuó dos disparos (si es que el auto iba
en marcha), uno de los cuales le impactó en la cabeza y lo mató en el acto. La
otra bala quedó alojada en su cuerpo a la altura del tórax.
Las pruebas de balística arrojaron que este último proyectil
era calibre 38. El lunes pasado, un perito descubrió una ojiva del mismo
calibre dentro del baúl y de esta manera se pudo cerrar la hipótesis de que en
ese cubículo se produjo el crimen. Rastros de salpicaduras de sangre en
esa cajuela reforzaron aún más la teoría.
A la víctima le faltaban 3.000 pesos, es decir, que aparece
el robo como el móvil más probable. Ahora resta ubicar al presunto cómplice del
detenido, que (de acuerdo a los vecinos de San Pedro) era el ladrón que iba al
volante del taxi al momento en que tuvieron que dejar el vehículo por un
desperfecto mecánico. Le dicen
“Rubio” y creen que era el “cerebro” del peligroso dúo.
Fuente: Primera Edición, Multimedios Libertad.