Gran alboroto se generó en nuestra ciudad luego de que trascendieran datos del balance 2014 de la Municipalidad local con facturaciones a varias cooperativas que supuestamente habían dejado de funcionar en 2008.
Al parecer el intendente Waldomiro Dos Santos reactivó varias cooperativas de trabajo y puso a empleados, funcionarios comunales y personas allegadas a su entorno a realizar tareas en la obra pública. La administración de Valdir Dos Santos habría armado un esquema para facturar trabajos de obra pública local con cooperativas y ONG que sus socios habían abandonado. Estas entidades, que son alrededor de siete, fueron creadas por el exintendente Luis Benítez dentro de la órbita municipal para que realicen trabajos de obra pública. Los integrantes eran los mismos directivos y a su vez los trabajadores que firmaban los contratos con el Municipio. Con los tropezones que tuvo la administración Benítez, las cooperativas quedaron prácticamente abandonadas, a la deriva. Con la llegada de Dos Santos, esos trabajadores buscaron seguir ligados a la Comuna, pero luego de peregrinar casi dos años, abandonaron las entidades.
En cada una de ellas quedaron ligadas al Municipio una o más personas, que afirmaban la necesidad de recuperar la personería cooperativa. El presunto “cerebro” de esa operación habría sido el contador Roberto Contigiani, asesor personal de Dos Santos, quien manejaría los hilos de las entidades no gubernamentales. Este habría sido quien recibió un cheque de un millón de pesos que llegó a San Vicente para los empresarios del Parque Industrial que sufrieron daños por el tornado en noviembre del año pasado.
En la actualidad las cooperativas y ONG tienen como presidentes, tesoreros y secretarios a funcionarios del Ejecutivo municipal o familiares directos de funcionarios y amigos. Desde 2013 a la fecha, estas cooperativas recibieron una millonaria suma de dinero dentro del marco del proyecto que lanzó el ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios de la Nación, Julio De Vido, para hacer trabajos con financiación directa con los municipios.
Poderes especiales
En San Vicente se están construyendo 120 viviendas para las comunidades aborígenes, con un valor de casi 200 mil pesos cada una. También construyeron la “Casa de la Cultura y el Bicentenario”, con un desembolso mayor a cuatro millones de pesos, además de otras obras más chicas que también son financiadas por el Gobierno nacional, que envía el dinero de manera directa al Municipio para ser ejecutado por las cooperativas de trabajo. Lo interesante en esta cuestión es que el Ejecutivo comunal tiene poderes especiales en el manejo de los fondos que llegan al Municipio.
Esto, aunque es contradictorio con la Carta Orgánica, los concejales lo aprueban cada año con la ordenanza de presupuesto. Lo que hace el intendente es informar a los ediles del dinero que viene desde otras jurisdicciones. Sin embargo, la Carta Orgánica establece en su artículo 216 que “el Departamento Ejecutivo Municipal puede disponer reestructuraciones de créditos con autorización del Honorable Concejo Deliberante por el voto de los dos tercios de la totalidad de sus miembros, conforme a las facultades y con las limitaciones que anualmente establece la ordenanza de presupuesto”. A su vez, el artículo 179 de la normativa municipal incluye en el inciso k la atribución del Ejecutivo comunal de “celebrar convenios previa autorización del Honorable Concejo Deliberante con otras naciones, entes públicos o privados; extranjeros y organizaciones internacionales e impulsar negociaciones con ellas, sin afectar la política exterior a cargo del Gobierno federal ni interferir con las competencias propias de la provincia”.
Fuente: Primera Edición