Este caso tiene detalles muy interesantes que cuestan mucho
entender debido al increíble hermetismo policial, solo se difunde lo dispuesto oficialmente
así que nos basaremos en parte por lo comentado por la víctima, lo oficial y lo
que en la jerga periodística se conoce como "trascendidos". Es importante
hacer esta aclaración ya que
es posible que muchos de los relatos resulten falaces,
por ende sujetos a cambios ya que armar todo cronológicamente es un verdadero
rompecabezas.
La historia comienza
el 16 de Octubre por la noche. Mario
Fernando G.,
un vendedor de autos, recibe un mensaje de texto donde le piden ir a una
chacra en Picada Zulma con intención de concretar una venta,
cerca de las 21 este
llega a la entrada de la picada pero le resulta lejos así que decide regresar,
envía un mensaje de texto en respuesta diciendo que había poca señal y que lo
dejaba para mañana temprano. A los pocos segundos llega otro mensaje diciéndole
que no, que por favor venga porque solo en ese horario la familia está reunida
debido a los trabajos de la chacra. En otro mensaje aclara que lo iba a esperar
con una linterna para que sepa que estaba llegando. Retoma la marcha picada adentro
y a unos mil quinientos metros de la Ruta ve un hombre que le hacía señas de
lejos con una linterna.
Al llegar este le dice que el camino de la izquierda
iba a la chacra, que vaya nomás y que él lo iba a seguir con la bicicleta. No
alcanzó a decir que si cuando del otro lado apareció un sujeto con un casco de moto
y una escopeta recortada: "quedate tranquilo, solo queremos el auto, no te
va a pasar nada" le dijo. Mario baja del vehículo, le advierte que tenía
su billetera, que se llevaran todo y que no le hagan nada.
El hombre del casco
le hace entrar en una zona de malezas y lo pone baca abajo, lo ata y usa el
cinto de Mario para sujetarle las piernas. "¿Tenés algo que nos comprometa
en el auto?, ¿GPS, o algún otro sistema de rastreo?" le preguntan,
"no, no tengo nada de eso". Hubo un silencio breve y al poco tiempo
escucha que arranca una moto y su auto detrás.
Las ataduras no eran firmes así
que a los pocos minutos se libera y comienza a caminar hacia la ruta. Se
detiene en el terreno del hermano del intendente, Julián Dos Santos, pero nadie
le responde así que continúa su camino.
A los pocos metros ve las luces de un
vehículo, al acercase nota que se trataba de un móvil policial, una camioneta
Chevrolet S10 (sin puerta trasera) conducida por una sola persona. La misma no se detiene a pesar de las señas
de Mario, al poco tiempo regresa por el mismo camino pero sigue su marcha
nuevamente sin detenerse.
En unaserradero encuentra a un sereno que le facilita
un teléfono celular, él llama a la policía y al llegar le cuenta lo sucedido,
incluso la extraña situación del móvil policial. Para cerca de la media noche
le informan que
el operativo cerrojo obtuvo resultados positivos en Aristóbulo
del Valle y los dos hombres estaban detenidos.
Dentro del Renault
Sandero robado no se encontró ningún arma, solo un par de cartuchos de
escopeta, los delincuentes fueron trasladados a San Vicente por cuestiones de
jurisdicción y terminaron en la Comisaría Primera. Allí comenzó un "interrogatorio",
no se sabe bien los detalles pero se cree que intentaban saber quién era el
policía que los acompañaban ya que dicho vehículo pertenecería a la Comisaría Segunda
y el área de Picada Zulma corresponde a la Primera. Según se comenta las huellas
en el camino son consistentes al vehículo descripto por la víctima y reforzado
por el testimonio del sereno. Otros afirman que estos policías detenidos "andan en
algo raro" y les habría molestado que dicha acción de estos delincuentes se
realice "en su territorio". Como sea nadie respondió si esto es así o
no o si se trata de algo completamente diferente, lo que sí se sabe es que los
detenidos al ser trasladados a la Alcaidía en la Comisaría Segunda llegaron muy
mal heridos e inmediatamente trasladados al hospital local donde días atrás
fueron visitados por el Fiscal así como también por Asuntos Internos de la
policía.
Algo que puede dar un giro a este caso es la identidad de
estos delincuentes. Uno de ellos, Mario D.(33), era un vendedor ambulante que
trabajaba cerca de un supermercado céntrico de San Vicente y el otro, Gabriel T. (30) resultó ser el carnicero de
dicho negocio. El carnicero curiosamente convivió un tiempo con Mario Fernando G.,
víctima del robo, es decir que se conocían. Según se comenta el robo fue algún
tipo de "venganza" debido a un problema de dinero entre ambos. Esto es materia de investigación.
En el día de hoy, y cumpliendo un Oficio Judicial procedente
del Juzgado de Instrucción Nº 3 de San Vicente, se detuvo preventivamente al
Jefe de la Comisaría 1ra de San Vicente, dos oficiales, dos suboficiales y dos
agentes de policías quienes habrían participado de la golpiza de manera directa
e indirecta. Según informó la policía ya se habría designado a un Oficial
Superior como interventor de la Comisaría 1ª de San Vicente y provisoriamente
otros Oficiales y Suboficiales en reemplazo.
Los efectivos policiales detenidos se encuentran en
situación de pasiva y la Jefatura dispuso a través de la Dirección de Asuntos
Internos, el inicio del Sumario Administrativo correspondiente a fin de
determinar o deslindar las responsabilidades que le pudiera caber a cada uno de
los policías detenidos por la orden judicial.
Fotos Difundidas por los Familiares de los Delincuentes:
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Gabriel (el de la escopeta) con golpes detrás de la oreja derecha |
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Gabriel con golpes en los ojos |
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Mario, el vendendor ambulante que se hizo pasar por un cliente para robar el auto |