domingo, 22 de junio de 2025

Yerba, Té y Tabaco, el Sistema que se Alimenta de su Propia Trampa

Nota de opinión Por Daniel Orloff

En el corazón productivo de la Argentina, donde la tierra colorada se empapa con las lluvias y las chacras aún huelen a leña y esfuerzo se sigue cosechando té, yerba mate y enfardando tabaco en volúmenes que sostienen la economía regional. Sin embargo, detrás de los números y los discursos oficiales, la realidad productiva muestra un sistema que se repite y se agota: los productores ganan cada vez menos, la juventud abandona las chacras y los organismos estatales parecen más interesados en sostener su propio aparato que en transformar la matriz productiva.

Desregulación nacional: menos trabas, pero sin impulso

El gobierno nacional, con la gestión de Javier Milei y la acción desreguladora de Federico Sturzenegger, eliminó la exigencia de certificados para la comercialización de yerba mate, bajando costos y simplificando trámites burocráticos. La Nación dejó de fijar precios mínimos y de bloquear plantaciones, de bloquear exportaciones, retirando el pie del acelerador pero también dejando de impulsar activamente al sector. El tipo de cambio libre dicen que está atrasado y la inflación siguen siendo problema aunque menos que antes, a pesar de ese discurso estos no son trabas impuestas específicamente a la producción misionera.

Bajamos costos para los productores de yerba mate... eliminamos trámites burocráticos que complicaban a la actividad”, dijo Sturzenegger el pasado 17 de junio.

Básicamente los productores enfrentan un mercado más abierto, pero sin protección ni acompañamiento real. La rentabilidad se resiente por la falta de políticas de promoción y por un contexto macroeconómico adverso si se quiere competir. Sin embargo, atribuir la crisis productiva exclusivamente a la Nación es, como mínimo, una simplificación.

Provincia y municipios: regulaciones, organismos y el círculo vicioso

El gobierno provincial sostiene una estructura de organismos, subsidios, cooperativas amigas del poder y controles que, lejos de modernizar el sector, perpetúa la dependencia y la falta de innovación. En vez de invertir en infraestructura, capacitación o acceso a mercados, la respuesta suele ser la creación de nuevos entes o líneas de crédito que no resuelven el problema de fondo.

Té: récord de producción, precios en caída

La zafra 2023/2024 de té fue histórica: la producción creció hasta un 40% respecto al año anterior, alcanzando unos 360 millones de kilos. Pero el precio acordado para el brote de té en agosto de 2024 fue de apenas $80 por kilo, un 31% más que el ciclo anterior, pero muy lejos de los $130 que reclamaban los productores para cubrir costos reales. El propio sector admite que, con la política cambiaria y los costos energéticos, muchas industrias ya trabajan a pérdida.

El 90% del té se exporta a granel, sin valor agregado ni marcas propias que permitan capturar mejores precios internacionales. El Estado subsidia una parte de la energía para la industria, pero no impulsa una reconversión real ni fomenta el desarrollo de líneas gourmet o diferenciadas, a pesar de que la demanda global va en ese sentido.

Yerba mate: entre la desregulación y la puja por el precio

Misiones produce el 95% de la yerba mate argentina. Con la desregulación nacional, el precio de la hoja verde cayó en 2024 se pagaba entre $230 y $240 el kilo, muy por debajo de los $500 que, según el gobierno provincial, serían necesarios para garantizar rentabilidad (equivalente a poco menos de 50 centavos de dólar por kilo). Los productores reclaman precios más altos y denuncian que los grandes molinos imponen condiciones injustas, mientras el paquete de yerba en góndola puede llegar a los $5.000.

El gobierno provincial impulsó la creación de la Mesa Yerbatera Permanente y sostiene la necesidad de un precio mínimo, pero la industria no adhiere y la brecha entre el productor y el consumidor final sigue siendo abismal. El INYM, antes regulador de precios, perdió esa facultad y la provincia propone crear un instituto propio, pero la solución parece ser más burocracia, no más competencia ni innovación.

Tabaco: dependencia del FET

El tabaco en Misiones depende casi exclusivamente del Fondo Especial del Tabaco (FET) para fijar los costos finales. En 2025, el precio promedio estuvo en torno a los $2.800 por kilo, por encima de lo pactado inicialmente, y está vez, después de mucho tiempo, se dió una oferta más cercana a la de Brasil, donde el kilo se paga a 2,40 dólares. Aun así, los productores siguen dependiendo de un sistema cerrado: si salen del esquema del FET o de su seguro de salud, pierden.

Producción orgánica y polémicos bioinsumos

Misiones lidera la producción orgánica en el país, con un crecimiento del 31% en establecimientos certificados en 2024 y un aumento del consumo interno de yerba mate orgánica. También avanza en la adopción del polémico bioinsumo y la erradicación del glifosato en el tabaco. Son señales positivas, pero no alcanzan para revertir la tendencia general de baja rentabilidad y falta de innovación en los grandes volúmenes.

¿Por qué el productor gana menos?

  • Precios internacionales deprimidos y costos internos en alza (energía a costo real, insumos dolarizados, logística).
  • Falta de infraestructura básica: caminos rurales, acceso a crédito competitivo, conectividad.
  • Estructura de comercialización concentrada: pocos compradores, muchos productores.
  • Burocracia provincial y municipal: tasas, permisos, controles y organismos que encarecen cada paso.
  • Poca diversificación y escasa tecnificación real, salvo excepciones puntuales.

El relato único y la trampa del “enemigo externo”

En el debate público, la narrativa dominante culpa a la Nación por la crisis productiva. Pero los datos muestran que el problema está más cerca: en la provincia y los municipios, que regulan, cobran y controlan, pero no modernizan ni abren mercados. El productor, atrapado entre la resignación y la falta de alternativas, acepta un sistema que no lo deja prosperar.

Mientras tanto, la juventud abandona las chacras y el dinero circulante se reduce, afectando a toda la economía regional. El círculo vicioso se sostiene porque conviene a quienes administran la pobreza y el clientelismo, no a quienes producen. Es el perro persiguiendo la cola.

Hoy hay que romper la rueda, mirar hacia adelante ya que Misiones tiene todo para reinventarse: clima, suelos, agua, biodiversidad, identidad. Puede diversificar, agregar valor, tecnificarse y competir. Pero para eso hace falta menos Estado regulador y más Estado facilitador: caminos municipales en condiciones, créditos reales, capacitación, reglas claras y menos impuestos y tasas que sostienen más cargos públicos que salud y educación. El debate no es si se desregula o no, sino cómo dejar de repetir el ciclo improductivo y construir una provincia que produzca para prosperar, no para sobrevivir.

La Nación ya no es excusa. El problema está en casa. Y la solución también.