lunes, 13 de abril de 2015

El Pan que Nos Une

En San Vicente hay sobradas pruebas de colaboración desinteresada y de lucha por los más humildes, todo sin pedir nada a cambio. Este es el caso del comedor “Rayitos de Sol” a cargo de Fabián Bóveda, un hombre que fue abandonado por su madre soltera al nacer y que quedó en casa de su abuela de 95 años, ella lo crió y lo acompañó con mucho sacrificio hasta los 118 años. Por eso Fabián sabe lo que es estar en la calle, lo duro de la pobresa, pasar hambre y frío así que tras la oferta de un empresario local pudo consiguir un terreno en el barrio 25 de Mayo, allí lo primero que hizo fue transformar una humilde vivienda de 7x5 en el comedor para los que menos tienen.

Nosotros hace mucho que estamos en esto y por suerte siempre hay quienes colaboran aunque no siempre alcanza, hay mucho por hacer y ahora queremos hacer un galponcito un poco más grande porque actualmente damos de comer a más de cien niños de 4 a 16 años” nos contaba Fabián. “Siempre oramos y nos higienizamos antes de comer, en algunos casos bañamos a algunos niños antes del almuerzo, en eso debo agradecer la colaboración desinteresada de nuestra cocinera Elisa Batista y de sus hijas que vienen todos los para preparar la comida y cuidar de los chicos. Además damos clases de apoyo cada sábado de 14 a 16 porque nos preocupaba ver chicos que no sabían ni leer y ni escribir, ahí también hay que agradecer a un par de docentes del barrio que colaboran con muchas ganas”. 

Quien quiera colaborar con el comedor lo puede hacer al 03755 15650055, más de cien niños se lo van a agradecer.

Nota relacionada: Verdadero Amor al Prójimo

Esta era la casa que adquirió y luego la transformó en comedor

A la derecha está Fabián a la izquierda la cocinera con sus hijas

Más de 100 niños se alimentan a diario

Vecinos ayudando a ampliar el comedor